jueves, 3 de enero de 2008

El Prisionero (II)

El negro del día... la oscuridad de la noche.

La puerta de la prisión comienza poco a poco a resquebrajarse... Lo noto. Pero ningún rayo de luz es capaz de penetrar en este corazón negro marcado por la oscuridad. Sólo me queda esperar al momento oportuno para llegar a más.
Mientras, me recuesto en las baldosas. No distingo si son ellas o soy yo, el que está más helado. Los recuerdos invaden de nuevo mi maltrecha mente: "Te prometo que no te dolerá". Ella no me ama. Quizás me amó, pero ya no volverá a amar. Ni a mí, ni a nadie. Yace tendida en algún lugar, junto a a mi alma. ¿Seguirá esperando por mí cómo tantas veces me había prometido? ¿Estará allí cuándo me halla ido? Sí, seguro que ella estará allí. Muerta, seguro que ella estará...
Pero la puerta aún está cerrada, así cómo tus ojos mi dulce amada. ¿La deberé abrir sólo por ti? ¿Habrá una posibilidad de alcanzar la redeción y espiar todos mis pecados?
Ser un desheredado, un olvidado por todos tampoco es tan terrible. O yo estoy ya demasiado acostumbrado a esta faceta, que no consigo recordar tiempos mejores. Claro que recuerdo que se sentía cuándo el sol calentaba mi rostro... o cuando tus manos de sedoso terciopelo vagaban con ternura por mi cuerpo, por aquel entonces más cálido. Cuando yo no era este saco de doloridos huesos, cansado, enfermo y envejecido por el paso del tiempo.
Vuestro perros guardianes han hecho un trabajo excelente conmigo. Flageraron mi espalda y mi espíritu sin alguna piedad. Pero fallaron. No pensaron ni midieron las consecuencias de sus actos. En vano se han esforzado en dedicar sus vidas para dirigir la mía, y mostrarme el camino del Bien y el Mal. Un camino que hace siglos he conocido cómo si fuera la palma de la mano. Y mi Mal, no es tan distinto del vuestro.
Se que esta batalla no la puede ganar el hombre cansado, viejo y enfermo, al que ellos ven que nada le importa ya. Me he aprendido cada una de sus burlas constantes, amargas; ácidas sugerencias cómo la que ahora repiten cómo si de un coro de éridas se tratase: "Muere ya, viejo. ¿Es que no has tenido bastante que aún luchas como un gusano por aferrarte a algo que ya no te pertenece? Un lustro aquí encerrado... mas muerto que vivo y aún te empeñas en respirar". Los perros no saben que hace tiempo que perdí aquellos que ellos llaman vida. Los perros no saben, al igual q vosotros, amos inmundos, que todo ser tiene un lado oscuro... y que el mío hace mucho que tomó posesión de lo que, seguramente, siempre le había pertenecido.
Cada golpe suyo no me ha mermado... Me ha hecho más fuerte. Cada año transcurrido, no me ha aplastado... Ha permitido que me levante con mayor altanería. Mis canas son sólo un disfraz para que aquellos que no están preparados para la verdad, no pierdan su patética cordura con ella.
No lo soporto. Voy a salir. No me da miedo lo que hay fuera. El miedo lo portaré yo. Me levantaré del suelo, cómo otras veces he hecho...

....Y para ellos, seré Lucifer. Y mis captores, hombres que no conoceréis nunca la dicha. Todo lo que habéis amado o creido amar os lo arrebataré sin pensarlo. Y con el tiempo, seré llamado el ser que en su venganza arrasa las tierras pobladas por el Mal que ahora me aqueja.... y mientras las víboras recuerden mi nombre, mi verdadero nombre... Ese que ahora mismo he olvidado yo... Yo me llamaré JUSTICIA.

Me pusisteis una etiqueta, y ahora yo os pongo otra:
OS DECLARO NO PERDONADOS.

_AEREN_

El Prisionero (I)

No puedo soportarlo.

Continuamente me muevo de un lado a otro de la habitación.
Me muero, me afixio dentro de estas cuatro paredes. Ni si quiera tengo la bastante fuerza cómo para dejar de arrastrarme por las frías baldosas y conseguir una posición más digna... La escarcha de la noche sacude mis pobres huesos. No recuerdo bien cuando entraron aquellos buitres que tenemos de guardianes a darme la última paliza.
En esta prisión, los segundo son minutos, los minutos horas, las horas días... y los días... los días se convierten en tortuosos años de humillaciones, golpes, abusos y restricciones. Y no son los golpes lo que más duele, sino la pérdida. Podría aguantar siglos de palizas, si volviera a ser quién era antes de llegar aqui. Pero perdí mi libertad; y en el camino, perdí mi espíritu. Cuando llegó el momento de despertar y plantarle cara a la nueva situación, simplemente perdi las ganas de seguir. He asumido mi estado. He vendido mi alma, y ni si quiera tengo trece monedas de plata que desmuestren mi traición.
Estoy condenado a vivir en este infierno. Una y mil vidas. Todas; unas tras otras. Hace tiempo que asumí que las puertas del Paraíso no se abrirían para mí. Las alas rotas no vuelan hasta el cielo. Son las llaves que te conducen al Infierno.
Y aún así, no me preocupo. Mis alas se rompieron hace siglos. ¿Se rompieron o me las cortaron? Ya ni lo recuerdo. Pero a diferencia de ahora, no dudé en levantarme contra mi nuevo sino, en enfrentarme a él, cara a cara, con la valentía de la inocencia marchita en mi ser... Y perdí una batalla en la que, de ante mano, ya sabía que no saldría victorioso.
Sé que no puedo seguir así. Mi propia naturaleza me lo dicta a cada segundo. No puedo pasarme la eternidad auto-castigandome por algo de lo que ni si quiera soy culpable. No puedo vivir con la idea de volver a dañar a algo tan hermoso con la persona que me ha amado. Ni si quiera sé en qué momento exacto perdimos el control. Mi mente a borrado todos los recuerdos de aquella noche. Lo único que permanece grabado a fuego sobre mi helada piel es el suave aroma de sus cabellos, el dulce y embriagador sabor de sus besos... Aquella cálida sangre enfriándose entre mis manos.

Pero ya han pasado decadas desde entonces. Y aún sigo encerrado.

Hola a tod@s, Ladies and Gentelmans..
Me gustaria escribir algo original.. pero el problema es que ahora mismo no se me ocurre nada. Claro que voy a empezar dándole las gracias a Marcos, porque si él no hubiera insitido, yo no habría creado este blog nunca.. así, que los méritos y defectos de esta página... Todos son por él jejeje (asi que si alguien tiene alguna queja... ya sabe) Y también darles las gracias a mis niñas, que sin su paciencia, nunca hubiera sido capaz de escribir más de tres líneas.
Muchas Gracias a tí, y a los que invertís vuestro tiempo haciendo una visita :)

_AEREN_